En los últimos días, numerosos ciudadanos coruñeses, así como representantes de asociaciones vecinales y de comerciantes de nuestra ciudad han manifestado su desacuerdo con la retirada de algunas de las placas del callejero de La Coruña, puesto que ello va a suponer para muchas tiendas y negocios ubicados en las mismas, la realización de cambios en rótulos, publicidad, tarjetas, etc, cuyos gastos van a tener que afrontar.
La Asociación para la divulgación de la verdad histórica se solidariza con los afectados, y solicita que el Ayuntamiento de La Coruña aplique la ley de memoria histórica con arreglo a una interpretación estricta y restrictiva de la misma, de tal modo que sean conservadas el mayor número posible de calles y, de ese modo, el impacto económico negativo sobre los vecinos y comerciantes de nuestra urbe se vea considerablemente reducido.
Ha habido quien ha propuesto que sea el Ayuntamiento quien afronte el coste de los cambios. La Asociación para la divulgación de la verdad histórica, considera que la mejor ayuda que se puede proporcionar es la de dejar las calles como están. No es bueno que los comerciantes tengan que hacerse cargo de los gastos generados por una mala aplicación de la ley de memoria histórica, pero tampoco lo es que tengamos que pagarlos el resto de los ciudadanos coruñeses. No olvidemos que el dinero del Ayuntamiento no cae del cielo ni lo sacan los ediles de sus propios bolsillos, sino que lo aportamos todos los coruñeses que pagamos impuestos.
Si alguien debiera afrontar esos gastos es la Comisión pola Recuperación da memoria histórica, tan empeñada en cambiar radicalmente los nombres de nuestras calles. Que sean coherentes y se ofrezcan a ayudar económicamente a los que se van a ver perjudicados por su “cruzada” iconoclasta.
La Asociación para la divulgación de la verdad histórica se solidariza con los afectados, y solicita que el Ayuntamiento de La Coruña aplique la ley de memoria histórica con arreglo a una interpretación estricta y restrictiva de la misma, de tal modo que sean conservadas el mayor número posible de calles y, de ese modo, el impacto económico negativo sobre los vecinos y comerciantes de nuestra urbe se vea considerablemente reducido.
Ha habido quien ha propuesto que sea el Ayuntamiento quien afronte el coste de los cambios. La Asociación para la divulgación de la verdad histórica, considera que la mejor ayuda que se puede proporcionar es la de dejar las calles como están. No es bueno que los comerciantes tengan que hacerse cargo de los gastos generados por una mala aplicación de la ley de memoria histórica, pero tampoco lo es que tengamos que pagarlos el resto de los ciudadanos coruñeses. No olvidemos que el dinero del Ayuntamiento no cae del cielo ni lo sacan los ediles de sus propios bolsillos, sino que lo aportamos todos los coruñeses que pagamos impuestos.
Si alguien debiera afrontar esos gastos es la Comisión pola Recuperación da memoria histórica, tan empeñada en cambiar radicalmente los nombres de nuestras calles. Que sean coherentes y se ofrezcan a ayudar económicamente a los que se van a ver perjudicados por su “cruzada” iconoclasta.
La Coruña, 1 de marzo de 2009
José María Permuy Rey
Presidente
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